Las zonas arqueológicas de Zacapu, particularmente en el área conocida como Malpaís Prieto, enfrentan una creciente amenaza: el saqueo sistemático y la destrucción del patrimonio cultural prehispánico. Esta práctica ilegal, silenciosa y devastadora, ha dejado huellas visibles incluso desde el aire.
Malpaís Prieto, ubicado en una zona volcánica al norte del municipio, es un sitio arqueológico de enorme valor histórico, ya que forma parte del antiguo asentamiento purépecha que floreció entre los siglos XII y XV. Sin embargo, en los últimos años, han sido visibles los daños provocados por saqueadores, quienes, en busca de piezas arqueológicas, han excavado ilegalmente y destruido estructuras que conforman el núcleo ceremonial del sitio.
Una de las afectaciones más alarmantes es la destrucción parcial de yácatas (plataformas piramidales), cuyo centro ha sido removido con herramientas rudimentarias, provocando pérdida irreparable de contexto arqueológico.
La evidencia del daño: tecnología LIDAR
Recientes estudios con tecnología LIDAR (detección por luz y distancia mediante láser aéreo) han permitido detectar grandes huecos y depresiones artificiales en el terreno. Estas alteraciones no se deben a procesos naturales, sino a la intervención humana que ha excavado túneles y hoyos en busca de figurillas, vasijas u objetos de valor comercial.

Estos vacíos no sólo atentan contra el conocimiento histórico, sino que comprometen la integridad estructural del sitio.

Un daño que nos afecta a todos
Expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han advertido que este tipo de saqueo representa no solo una pérdida cultural para la nación, sino que hiere profundamente el patrimonio de todos los zacapenses. Cada objeto robado, cada muro destruido, cada yácata saqueada, significa siglos de historia que se pierden para siempre.

Además del daño material, la falta de vigilancia permanente y la insuficiente cultura de protección comunitaria permiten que estas acciones continúen impunemente.
🛑 Un llamado a la conciencia colectiva
La ciudadanía juega un papel fundamental en la protección del patrimonio. Denunciar actividades sospechosas, evitar el comercio ilegal de piezas arqueológicas y participar en campañas educativas son formas de defender lo que es de todos.
“Un pueblo que no protege su historia, renuncia a su futuro.”
Zacapu, “lugar de piedra”, tiene en su malpaís un legado que habla de la identidad purépecha, de su cosmovisión y su permanencia. Protegerlo no es solo tarea del gobierno o del INAH: es un deber compartido por todos los zacapenses.
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