Carl Lumholtz, el renombrado explorador y etnólogo noruego cuyas expediciones de finales del siglo XIX y principios del XX revelaron al mundo las culturas del occidente mexicano en su obra «México Desconocido», dejó una huella ambivalente en nuestra región.
Aunque su trabajo es reconocido para el estudio de los pueblos indígenas y la geografía de Michoacán, incluyendo Zacapu, su figura también está ligada a la extracción de valiosas piezas arqueológicas de nuestros antiguos asentamientos, que hoy forman parte de colecciones en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.
El Respaldo del Porfiriato a la Exploración Extranjera
Carl Lumholtz llegó a México en un periodo de auge para la investigación extranjera, contando con el respaldo y las facilidades del gobierno de Porfirio Díaz. La administración del General Díaz veía con interés estas expediciones, ya que contribuían a la imagen de un país moderno y abierto a la ciencia, a la vez que se consideraba que se «rescataba» el patrimonio para el conocimiento universal, una visión muy diferente a la actual. Fue bajo este auspicio que Lumholtz pudo adentrarse en la Sierra Madre Occidental y en regiones clave de Michoacán, como la cuenca de Zacapu.
Sus viajes, financiados principalmente por el Museo Americano de Historia Natural, buscaban documentar la vida, costumbres y mitología de grupos étnicos poco conocidos. El resultado fue «México Desconocido» (Unknown Mexico), publicado en 1902, una obra que marcó un hito en la etnografía.
La Llegada a Zacapu: Un Destino por Recomendación
En el caso de Michoacán, Lumholtz relata visitas a distintos puntos e incluso manda cartas a Díaz, quejándose del trato en nuestro estado y advirtiendo que no vino por oro, ni por frijoles, ni tortillas. Tras viajar por Cherán y a recomendación de un herrero local, decidió visitar Zacapu ya que como relata en el libro «Se habían encontrado muchas cosas».
Es aquí, en la Ciénega de Zacapu, donde las investigaciones de Lumholtz adquieren una relevancia particular para nuestro municipio. Lumholtz exploró los sitios arqueológicos que nos rodean y, de hecho, en el propio libro de 1902, hace dibujos de piezas que hoy se encuentran en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.
La Extracción de un Patrimonio Local
Si bien en su obra Lumholtz relata montículos, estructuras y la cultura material de nuestros ancestros, también, en el marco de sus expediciones, el etnólogo no solo registró, sino que también extrajo y adquirió numerosas piezas arqueológicas directamente de yacimientos en o cerca de Zacapu.
Estas son las piezas que actualmente se encuentran en Nueva York, entre vasijas, figurillas, herramientas y otros objetos de incalculable valor histórico y cultural fueron sacados de nuestro municipio con destino al extranjero. Estas piezas, que hoy deberían estar en exhibición en un museo local o nacional, contando la historia de los antiguos pobladores de Zacapu, se encuentran a miles de kilómetros, descontextualizadas de su lugar de origen.
Un Legado Agrio: La Demanda por el Patrimonio de Zacapu
Hoy, el libro «México Desconocido» de Carl Lumholtz sigue siendo una fuente valiosa para el estudio de nuestra región. Sin embargo, para muchos habitantes de Zacapu, su legado está teñido por la dolorosa ausencia de un patrimonio que nos pertenece.
La historia de las extracciones de Lumholtz nos recuerda la importancia de defender nuestra herencia y trabajar para que las piezas que un día salieron de Zacapu, regresen a casa para ser apreciadas por las futuras generaciones.